sábado, 2 de junio de 2018

Pleamar

Volveré,
volveré,
repito de forma desaforada,
obligando la voz en una torsión epistémica
de la que nunca imaginé dolerme.

Aún noto la imprudencia,
el impulso,
de este cuerpo que se resiste a la muerte
pero se sabe vacío y desecho
entre tanto desierto de suelo asfaltado.

La piel llora la falta de arraigo,
de lucha,
de suerte de saberse encontrada.

Me noto cruce,
tránsito de sombras que no fui yo
pero que me componen.
De alguna forma soy perennemente lo otro.

Y entre tanta anécdota vacía
huelo el sufrimiento de los míos
que no me saben suya.

Cambiaron mi piel por dinero,
me alejaron hasta de la diáspora crónica
que es mi historia.

Y así, entre las soledades multitudinarias
de esta ciudad
que constantemente me recuerda que no existo,
reclamo la escritura como aire.

Porque mi cuerpo batalla y resiste la muerte.
Porque hasta en esta inmensa laguna
de inestabilidad e indolencia
me noto despertar durante segundos.

Volveré,
volveré...
... aunque no vuelva.

Viernes, 1 de junio
Parque del buen Retiro
Madrid